Finalmente tras bastantes días de echar de más a casi todo el mundo, hoy ha regresado a mí el echar de menos. Era inevitable. Y en realidad tampoco es una emoción mala para lo que me toca escribir hoy.
Echar de menos. Son cosas que pasan. No es culpa de nadie, ni responsabilidad de nadie, ni nadie puede solucionarlo. Somos los únicos dueños de nuestras emociones y nuestra felicidad. Así que hoy te echaré de menos y seguiré viviendo.
Mándame en un sobre
tu sonrisa rota.
Yo te la compongo,
que soy zapatero.
J.
PD: Manolo García ha llegado de repente a ocupar el lugar del vídeo que iba a poner inicialmente.