Para siempre es una trampa. Es un veneno. Es un cuchillo. Es un alambre de espinos y una cadena envuelta en ese alambre. Mucho más terrible incluso que nunca. Yo no te amo para siempre. Yo nunca amo para siempre. Yo nunca nada para siempre. Porque para siempre no existe. ¿Cómo va a existir algo eterno para aquellos que somos finitos? ¿Y de qué nos sirve lo que no existe? Futuros, promesas, sombras. No, para siempre no.
Si amo, amo ahora. Así que yo te amo para ahora. O mejor aún, te estoy amando. Aquí, ahora. Sin promesas. Y quizás ahora y ahora y ahora alcancen mucho, muchísimo. Tanto que pueda parecer para siempre. O para casi. Pero será porque así ha sido. Y prometer o no prometer no habría cambiado nada. Así que aquí, ahora. Todo. Nada para siempre.
J.
No hay nada más que Aquí y Ahora. El Para siempre es miedo. Y el miedo no es Amor.