[Preparando la charla-recital de este curso, aparecen cosas que quizás tenían que aparecer de nuevo ahora]
No quiero ser tu droga, lo que buscas y ansías,
y que duele con fuerza si no tienes al lado.
No quiero ser tu pozo de deseo y vacío
cuando no puedes verme.
Yo no quiero dolerte.
Quiero ser la visita que te alegra la noche,
la hermosa compañía de los días bisiestos,
la sonrisa que llega cuando el tiempo nos deja.
No me dejes dolerte.
No merece la pena.
Aprendamos por tanto a ser dos en dos cuerpos,
dos viajeros tejiendo caminos y caricias,
o flotando dos hojas presas de un mismo viento,
dos estrellas, dos olas,
o dos bocas. O un beso.
24/10/2014
J.