Avanzando. Olvidando los puentes cruzados, los caminos que no llegamos a recorrer. Sin dejar de moverme, porque cualquier otro pensamiento es imposible. Nada va a pararse. Yo tampoco. Y voy arrastrando en mi estela cometas, satélites, estrellas. Y a la vez yo recorro las estelas de otros planetas. De otras galaxias.
Segundo movimiento. O segunda parte. O segundo paso. No segundo intento, porque eso parece reducir todo a lo que se consigue y lo que no. Pero las cosas pasan, siempre pasan, y todo lo que sucede nos transforma (o nos duele, o nos cura, o nos lanza hacia el infinito).
Seguiré avanzando, desequilibrado. Girando y chocando con todo, destrozando y construyendo en cada revolución. Porque esa es la única forma de ser.
J.