No sé de leyes penales. Soy profesor, simplemente eso. Y, como profesor, llevo doce años trabajando educación afectiva y sexual. Hablando de consentimiento y de acoso, de violencia y de libertad. Y al acabar las clases siempre termino con la tranquilidad de que mis alumnos han comprendido lo que significa el consentimiento positivo y que, si no lo hay, entonces no existe consentimiento alguno. Que no hacen falta golpes para intimidar. Que existen muchas formas de violencia. Algún día probablemente alguno de mis alumnos llegue a juez o jueza. Con suerte, no lo habrá olvidado.
J.
INTERESANTE